Creatividad: ¿Por qué debería cambiar mi logotipo corporativo?

túatú-Creatividad: por-que-deberia-cambiar-mi-logotipo-corporativo

A lo largo de su historia, y repasando la evolución de muchas de las grandes empresas de nuestra era (Apple, Coca-Cola, Pepsi, Starbucks, Microsoft, Canon, Google,!) nos damos cuenta de que su imagen corporativa ha sufrido notables cambios, a veces de forma drástica.

El logotipo es el elemento diferenciador de la imagen de marca que más !sufre! los cambios estructurales de las empresas, si bien otras veces puede cambiarse sencillamente porque el paso del tiempo le ha hecho perder su frescura original. Si alguna vez te planteaste rediseñar el logotipo de tu marca/negocio, acción conocida como !restyling!, deberías reconocerte en algunos de los supuestos que a continuación te exponemos antes de tomar una decisión precipitada.

- El logotipo está mal diseñado o no nos identifica. Suele suceder que, sobre todo al principio, se descuide este aspecto, invirtiendo más (esfuerzo y dinero) en otros. Pasado el período de inicio se haría necesario ofrecer una imagen acorde a nuestro modelo de negocio, de mejor calidad y con un diseño que de verdad !hable! de nosotros.

- La empresa se amplía y crea nuevas vías de negocio, se diversifica. Si nuestro logotipo se nos queda corto es hora de añadir mejoras que posibiliten que los clientes puedan seguir reconociéndonos, incluso sería aconsejable incluir distintos colores y elementos (dentro de un mismo diseño) para diferenciar nuestras nuevas marcas entre sí.

- Cambiamos nuestro público objetivo y/o sector de actividad. No podemos ofrecer siempre una misma imagen si nos especializamos en un target muy distinto o si, por descontado, nos dedicamos ya a algo completamente opuesto.

- Guarda demasiadas similitudes con cualquier otro. Que se nos asocie con otra marca podría ser un elemento negativo que nos restaría credibilidad, sobre todo si nuestro logotipo surgió tiempo después. Aquí es necesario actuar rápido para evitar, incluso, problemas legales.

- Ha quedado obsoleto. Un buen logotipo debe sustentarse en una imagen final que resulte atemporal, es decir, que sea capaz de perdurar el mayor espacio de tiempo posible sin resultar desfasada. Este factor es clave para permitir que su idea pueda fijarse en la mente del consumidor. Siempre por necesidades corporativas o la propia evolución natural, nunca por capricho o modas pasajeras.