La comunicación en la crisis de los cooperantes secuestrados en Mauritania

España es diana de ataques de diversos grupos extremistas, cuyas acciones han tenido su punto más álgido en los terribles atentados del 11 de Marzo. La gestión de la crisis en cada ataque ha tenido una repercusión directa en la percepción (y acción) de los españoles sobre el papel desempeñado por el gobierno de turno.

En lo que respecta al secuestro de los cooperantes españoles en Mauritania, la gestión de la comunicación de crisis del gobierno arroja las siguientes enseñanzas: * Primero las víctimas - No hay que hacer nada que pueda poner en peligro sus vidas y eso incluye no hacer declaraciones públicas a la ligera. * Reconoce a todos los públicos - Las reuniones con la ONG Acció Solidaria, los familiares y miembros de la Generalitat de Cataluña, así como la comunicación con representantes diplomáticos y con los partidos políticos españoles, se han realizado y se han hecho con discreción, lejos de los focos de los medios. * Toma el mando de la comunicación - Al tener alineados a todos los públicos, los portavoces oficiales han conseguido mantener en los medios un perfil moderado de la crisis (y eso que se trata de un secuestro largo, en el que se pudieron haber perdido los nervios y haber cometido errores). * ¿Pagar por el rescate? - Algunas voces mediáticas se alzan contra el pago de rescate y cualquier tipo de negociación con los secuestradores. Indican que es muestra de la debilidad del gobierno actual. Lo que es cierto es que una vez que estén liberados, pocos se atreverán a decir que ha sido una mala decisión.

Así las cosas, el gobierno actual está a punto de cerrar la gestión de una crisis que le pudo haber estallado en las manos, pero que, si todo sale como se espera, podrá anotarlo en su columna de aciertos y convertirse en un caso de manual de comunicación de crisis eficaz.