Barbie o cómo luchar contra la deforestación

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Por Asier Vázquez

Según muestran los videos promocionales de la última acción reivindicativa de Greenpeace, Barbie tiene la desagradable costumbre de deforestar y destruir los bosques de Indonesia, incluidos aquellos en los que habitan los últimos ejemplares supervivientes de especies en peligro de extinción como el tigre de Sumatra, el orangután y el elefante, solo para poder disponer de una bonita caja de cartón que mostrar al público en las climatizadas tiendas de juguetes de las ciudades de occidente. Pero además de la muñeca más famosa del mundo, la organización ecologista ha elegido como elemento icónico del vídeo principal de su campaña a Ken, su eterno compañero.

Greenpeace ha lanzado esta acción de protesta en más de 40 países para pedir a la compañía Mattel en particular (fabricante de la muñeca ) y al sector juguetero en general que rompa sus relaciones comerciales con la empresa que les abastece de papel y pasta de papel para fabricar las cajas de sus juguetes, Asia Pulp & Paper, ya que esta compañía está directamente relacionada con la destrucción galopante de las selvas tropicales del mencionado país.

Los datos son desoladores: En la pasada década Indonesia tuvo la mayor tasa de deforestación de todo el planeta. Aunque el problema viene de lejos, porque desde 1950 se han destruido totalmente más de 74 millones de hectáreas de bosque allí, y otras áreas forestales han quedado severamente dañadas. Por si esto fuera poco, solo la degradación y la quema de la flora de Indonesia supone cada año la liberación de 1,8 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero, con el perjuicio que esto acarrea en el proceso de cambio climático.

La organización ecologista transnacional ha documentado que la actividad de la empresa papelera Asia Pulp & Paper es muy nociva para el desarrollo económico de Indonesia, ya que además de dañar la biodiversidad e ignorar sistemáticamente las diversas demandas de la población local, esquilma los recursos naturales, evade impuestos y no salda sus deudas. Por todos estos motivos Greenpeace exige que Mattel y otras compañías del sector suspendan sus relaciones con este tipo de empresas y que apoyen a los productores indonesios, que realizan una gestión responsable de sus recursos naturales y aportan riqueza y crecimiento a su país.

Pero la pelota no está siempre y únicamente en el tejado de las grandes compañías o las organizaciones no gubernamentales. Esta iniciativa pone de manifiesto una vez más el papel protagonista que los consumidores podemos y debemos adoptar ante el mercado con buena información y un poco de criterio. El consumo responsable es un poderoso factor de cambio y un olvidado compromiso social tan importante como el reciclaje o el respeto al medio ambiente. Y en este caso ambos conceptos confluyen en la campaña de Greenpeace.

Las personas interesadas en la campaña pueden acudir a los perfiles de Greenpeace en Facebook y Twitter o a la página web.